sábado, 2 de mayo de 2009

Blanca sensibilidad

(por Fede Martinez)



En mi vida he conocido gente que sufre por otras personas, pero nadie ha sentido mis sufrimientos futbolísticos como mi abuela.
Cada vez que me iba a la cancha con mi viejo me decía que iba a hacer fuerzas para que ganara mi equipo y se quedaba escuchando el partido por la radio para sentirse cerca mío. Si ganábamos, apenas entraba a mi casa me recibía con un: ¿Gritaste fuerte los goles? Siempre me preguntaba lo mismo. Y si perdíamos, no me decía nada del tema hasta el otro día que a mí se pasaba un poco la chinche. Ahí recién tocábamos el tema pero muy de oído para no recordar el traspié del día anterior.
La verdad nunca supe cómo hacía, pero ella sabía cuando jugábamos de local o de visitante y si nos transmitían por televisión, estaba al tanto de todo.
Recuerdo muy bien el consuelo que me propinó el día de mi cumpleaños número seis. Esa tarde perdimos la final por el ascenso contra nuestro clásico rival y nos quedamos en la “B”, yo era un mar de lágrimas que no tenía caudal y me resistía a recibir a mis amiguitos que de a uno iban llegando a tomar el chocolate caliente con tostadas (hechas por ella) para supuestamente festejar algo que para mí ya no tenía importancia. Blanquita me abrazaba pero yo no tenía consuelo alguno y sentía sobre mi cabeza como sus lágrimas caían de tanto verme sufrir por ese maldito partido. Lo mismo pasó en el año 1993, tras perder otra final, en éste caso contra Banfield en Córdoba, ese día ella no estaba en mi casa, pero al siguiente apenas llegó la mañana fue a verme para saber cómo me sentía después de otra nueva caída.
Por suerte para los dos, llegó el ansiado y tan querido ascenso a primera división del año 1995, otra vez justo para mi cumpleaños, nada más que el resultado fue distinto y juntos lloramos de felicidad por el logro obtenido.
Siempre pienso y me cuesta entender cómo era que sufría por un sentimiento que quizás ni yo podía explicar. Pero se vé que ella ha sentido lo mismo, porque llegó a hacerse hincha de mi club de tanto seguir mis sufrimientos.Es hasta el día de hoy que yo le hablo ( aunque ya no me escuche ), de los resultados y de la campaña de mi equipo.
Porque sé que ella aunque jamás comprendió el fútbol me seguirá cada domingo desde cualquier lugar en donde se encuentre su pensamiento perdido para sufrir una y otra vez por éste sentimiento que ahora me doy cuenta que fue y será compartido.





"a la memoria de nuestra querida Blankita a un año de su partida"

Fede y Seba

1 comentario:

David Skalari dijo...

dedicado a la abuela de uno de mis carnales que recien fallecio,la cual al igual que la mia comprenden nuestra pasion mas grande que es el futbol....

abuela se que es rojinegra porque sufre y disfruta conmigo segun sea el caso.